''Si el viento helado entra sin razón por tu ventana en las noches frías de Octubre, si te acosan tus demonios para hacerte enloquecer, y unas manos frías recorren tu cuerpo al antes del amanecer, tal vez, solo tal vez, ella está esperando por ti para incluirte en sus rituales y encuentros con Satán.
Danza entre los pinos la reina del Vudú, en busca de la presa que desea seducir''.
El 31 de Octubre, después de una exhausta colecta de dulces por Salem, ciudad popular en Massachusetts, los mellizos Jens y Jade, pertenecientes a la familia Grant, cayeron en trance, un sueño profundo.
Los mellizos alguna vez habían escuchado a la gente decir que si alguien no había sido bautizado después de los 12 años, sería secuestrado por las brujas... Aunque no lo creían, ya que recibían influencia de unos padres muy escépticos.
Jade fue despertada por un fuerte ruido que provenía de la caída de una figura de porcelana que tenían encima de un viejo armario, ubicado en la esquina de la habitación.
Jade se asustó un poco ya que estaba oscuro y Jens y ella se encontraban solos en su casa.
Jade encendió la luz e intentó despertar a su hermano, pero cuando le vio la cara, se dio cuenta que Jens estaba teniendo pesadillas, ya que de sus ojos salían lágrimas mientras sus pupilas se movían constantemente.
Jade, asustada por la caída del objeto y por la desesperación de su hermano, empezó a gritarle a Jens que se despertara.
Después de muchos gritos, Jens finalmente despertó; Jade le preguntó que qué era lo que estaba soñando, a lo que Jens le respondió que estaba totalmente consciente, pero que no podía controlar su cuerpo, y no podía hablar.
Jade recordó la historia de las brujas, y también recordó que ni Jens ni ella habían sido bautizados. Pero pensó que tal vez era efecto de la festividad que estaban celebrando aquel treinta y uno de Octubre.
Jade le dijo a Jens lo que había recordado, pero Jens le responde que no preste atención a esas estupideces, se tranquilice y vaya a dormir.
Después de decir eso, Jens queda paralizado tratando de gritar. Jade se da la vuelta y no puede creer lo que presencia. Un ser demoníaco se planta a los pies de la cama de su hermano. Sus ojos desorbitados, amarillos y enormes clavaron la mirada en la criatura. Con apariencia semejante a una señora de aproximadamente sesenta años, sin cabello quemaduras en las manos, este individuo asustó a los niños a tal punto de dejarlos paralizados. Luego ambos no recordarían lo sucedido.
Mientras los niños están inconscientes la mujer corta a cada uno en su muñeca, tomando su sangre tibia directamente de las venas.
Al despertar, asustados, piden auxilio, pero en vano, ya que sus padres estaban fuera de casa esa noche.
La bruja prosigue rodeándolos en una danza, como si flotara. Los niños solo contemplan su rostro malévolo y sus ojos desorbitados que, cuya pupila dilatada los había estado observando sin que se percataran si quiera de su existencia.
Lagrimas corren como causes por las mejillas blancas de Jade, que palidecían con cada segundo que pasaba, y su hermano estaba a punto de perder la cordura, el descontrol se apoderaba de su mente antes incrédula.
Sin más remedio, Jens sugiere a su hermana eleven una plegaria para que la bruja se espante en el nombre de Cristo. Al oír desparpajada idea, la bruja ríe con cinismo acercado su rostro a los niños.
-Mirad pero que tontos infantes- Dice acariciando la barbilla del pequeño.
Jens invoca a la virgen María pronunciando su oración, que en la escuela había aprendido como era costumbre en la comunidad.
...CONTINUARÁ...
La bruja prosigue rodeándolos en una danza, como si flotara. Los niños solo contemplan su rostro malévolo y sus ojos desorbitados que, cuya pupila dilatada los había estado observando sin que se percataran si quiera de su existencia.
Lagrimas corren como causes por las mejillas blancas de Jade, que palidecían con cada segundo que pasaba, y su hermano estaba a punto de perder la cordura, el descontrol se apoderaba de su mente antes incrédula.
Sin más remedio, Jens sugiere a su hermana eleven una plegaria para que la bruja se espante en el nombre de Cristo. Al oír desparpajada idea, la bruja ríe con cinismo acercado su rostro a los niños.
-Mirad pero que tontos infantes- Dice acariciando la barbilla del pequeño.
Jens invoca a la virgen María pronunciando su oración, que en la escuela había aprendido como era costumbre en la comunidad.
...CONTINUARÁ...